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Adiestra a los gatos para que dejen de arañar

Adiestra a los gatos para que dejen de arañar

Establece zonas de rascado atractivas, tantas como sean posibles; como mínimo, una o dos por habitación.

El mercado ofrece una infinidad de opciones para el disfrute del rascado:

Poste rascador: Lo mejor es optar por postes rascadores fabricados con materiales naturales, como madera no tratada (sin toxinas). Éstos no solo impresionan por el uso de materiales de calidad y el procesamiento artesanal libre de productos químicos, sino que además son excelentes para el gato. Es cierto que no son muy económicos, pero, a la larga, vale la pena invertir en un árbol rascador resistente.

Barril rascador: Los barriles rascadores vienen con gateras y cuevas previstas de superficies acolchadas y reclinables. Es una solución para matar dos pájaros de un tiro: el material resistente es perfecto para afilar las uñas, y los acogedores escondites son ideales para el descanso. Sin duda se convertirá en el sitio preferido de tu tigre doméstico.

Sugerencia: muebles y objetos rascadores de diseño

Si quieres dar un toque especial a tu hogar, puedes colocar muebles para gatos en el salón. Además de renovar el espacio, son muy entretenidos para los gatos ¡y los espectadores!

Adiestramiento diario: cuanto antes, mejor

Lo ideal es que pongas los nuevos rascadores en sitios donde al gato le guste pasar el tiempo, cerca de sus zonas favoritas. Dado que nuestros pequeños felinos son curiosos por naturaleza, no necesitarán que los motives para inspeccionar e investigar el nuevo «objeto no identificado».

Si no muestran interés, recurre al instinto de imitación: rasca enérgicamente el poste y espera. El gato se acercará y comenzará a rascarlo. (Quizá tu extraño comportamiento lo desconcierte por completo pero, en cualquier caso, te asegurarás de captar su atención.) 

Conviene empezar pronto: si acostumbras a los gatitos a utilizar los objetos y muebles rascadores, adoptarán esa actividad a una edad temprana como parte de su rutina.

Los halagos y premios funcionan más que los castigos

Y si se produce un accidente… 

Ten en cuenta que el gato no lo hace para molestarte.

  • Toma medidas suaves, pero categóricas, para que sepa que no está permitido arañar esas zonas. Bastará con pronunciar un «no» rotundo y moverlo del sitio «prohibido» al poste rascador. Si capta el mensaje y comienza a arañarlo, felicítalo y dale un premio.
  • Evita las medidas draconianas: no lo reprendas, ni le grites, ni lo rocíes con agua. Tampoco castigues su «fechoría» negándole afecto, actuando de manera ofensiva o retirándole la palabra, puesto que el gato no lo entenderá, mucho menos si mantienes el castigo durante un período prolongado.
  • Las medidas severas pueden asustar al gato y perjudicar vuestra relación. Los halagos funcionan mucho mejor: fortalecen vuestra relación e inducen al gato a repetir el comportamiento deseado, que asocia con sentimientos agradables.
  • ¡Ten paciencia! Los gatos tienen su carácter y pueden ser testarudos. No te rindas; de lo contrario, no solo sufrirás los daños de los ataques de arañazos, sino que además tendrás un problema de supremacía.
  • Si los esfuerzos educativos no dan resultado, observa al gato con detenimiento. Presta atención a su lenguaje corporal. ¿Cuándo y dónde araña? ¿Has hecho algún cambio en el hogar? ¿Hay personas nuevas en casa? ¿Está aburrido? Piensa qué podría faltarle e intenta remediar esa deficiencia.

Cuando el gato está solo en casa

La confianza es buena, pero las medidas preventivas son mejores. No puedes controlar a tu gato las veinticuatro horas del día. Si cuando estás fuera de casa, te preocupan los muebles, tendrás que adoptar medidas preventivas.

  1. Cubre los muebles con materiales lisos (si son rugosos, el gato querrá rascarlos) que hagan ruido, como papel de aluminio, papel crepé o una manta isotérmica.
  2. Coloca latas vacías o juguetes de metal en los muebles para que hagan ruido cuando el gato los toque
  3. La distracción lo es todo: ofrece a tu gato una alternativa interesante e irresistible. Coloca un rascador al lado de los muebles que desees proteger o distráelo con un juguete nuevo. (Por cierto, no hace falta que compres juguetes todo el tiempo. Con un poco de imaginación, puedes sorprender a tu minino con objetos muy sencillos.) Para distraer al gato, bastará con una caja de cartón vacía; si tiene gateras y lleva una sorpresa dentro, mejor que mejor.
  4. Otra opción consiste en colocar una caja llena de cosas en los muebles que quieras proteger.  Al caer al suelo, la caja hará ruido y el gato se asustará y se alejará del mueble.
  5. El método más simple, no obstante, consiste en cerrar la puerta para que el «agresor» no tenga acceso a la habitación. Pero, una advertencia: ¡algunos gatos saben abrir puertas! Por lo tanto, te recomendamos que cierres la puerta con llave, así estarás cubierto.
  6. Olores que repelen a los gatos: Los gatos tienen muy desarrollado el sentido del olfato y aborrecen algunos aromas naturales como los del tomillo, la lavanda y el limón. Coloca pequeños cuencos con cáscaras de limón, tomillo o lavanda cerca de los objetos que desees proteger. También puedes rociar esencial de lavanda o limón (ambientadores de tela) sobre la alfombra de la habitación donde se encuentran los muebles.
  7. Si no te resultan desagradables, puedes utilizar repelentes con olor fecal de otros animales (zorro, por ejemplo) para ahuyentar al gato. 

Elección de los muebles adecuados

Ahora ya sabes que los gatos prefieren rascar superficies rugosas y resistentes, como la corteza de los árboles. Cuando compres un sofá nuevo, procura elegir uno con la superficie más suave posible para evitar «ataques de arañazos».

Los materiales gruesos, que supuestamente son más duraderos, están descartados. La tapicería del sofá ha de ser lisa y suave, de piel natural o sintética, por ejemplo.

Si no quieres que tu amigo felino se apodere inmediatamente de los muebles nuevos, cómprale sus propios muebles. Así como el sofá está reservado para ti, esos muebles estarán reservados exclusivamente para tu minino. Recuerda que tu gato es un explorador de cuevas. De modo que puedes sorprenderlo regalándole un mueble que incluya cuevas, invite a la escalada y, al mismo tiempo, resista arañazos, ya que si le gusta, no tardará en marcar el nuevo escondite para comunicar «¡esto es mío!».

Además, puedes satisfacer sus necesidades exploradoras colgando una manta o una sábana sobre el escondite para dejar solamente una o dos entradas abiertas. Coloca un premio o algunos de sus juguetes favoritos en el interior y ¡listo! Habrás creado el mejor de los escondites.

Prevención de rasguños

En algunos casos, los gatos rasguñan porque están aburridos o se sienten solos, sobre todo cuando no conviven con otros gatos. Para llamar la atención, nuestros pequeños felinos desarrollan un amplio repertorio de pautas de comportamiento…

Los juegos y las sesiones de mimos son importantes. Esos rituales compartidos alimentan el cuerpo y la mente del gato (¡y tuyos!) y consolidan vuestra relación. Los mimos lo transportarán al paraíso si los acompañas de masajes, ya que éstos estimulan el metabolismo y ayudan a liberar tensiones.

Ofrece alternativas: los gatos de interior necesitan jugar para mantenerse en forma. Procura alternar y variar los juguetes, pero ¡atención!: no escondas su juguete preferido, podría ser el fin de la armonía del hogar.

Ofrece a tu gato objetos para rascar:

El poste rascador adecuado

Un poste rascador está bien, pero mucho mejor es tener varios. Con unos postes bien fijados que lleguen hasta el techo, complementados con cuerdas, botes, cestas, cuevas y estantes, puedes construir una zona de juegos fabulosa para tu gato.

Por supuesto, si instalas una red protectora, también puedes montar esa estructura de juegos en el balcón. ¡A tu gato le encantará! Podrá tomar el sol, relajarse, oír el gorjeo de los pájaros o simplemente apreciar los olores del exterior. Un sitio precioso para soñar despierto.

Consejo: Procura utilizar materiales naturales, como madera libre de toxinas, hilo sisal y pieles y telas sin tratar que resistan los rasguños y los mordiscos de tu gato.

Acostumbrar al gato al poste rascador

Por último, el poste rascador ya está instalado y a la espera de que el gato lo descubra, pero ¿cómo lograr que al minino le guste? 

¿Algún consejo útil al respecto?

¿Espray de menta de gato?

Con independencia de que se trate de una novedad o del reemplazo de otro desgastado, el poste rascador debe introducirse poco a poco y con tacto. No será suficiente con deshacerse del poste viejo, tendrás que esmerarte durante un tiempo para que quiera usarlo. Coloca el nuevo poste al lado del viejo y conviértelo en una alternativa tentadora añadiendo algunos de sus bocados favoritos.

A menudo se aconseja tratar el poste con menta de gato (nébeda), valeriana u otras similares, pero ¡atención! A muchos gatos no les gustan esas fragancias, de modo que resultan contraproducentes. Una vez absorbida la fragancia, el aroma perdura durante años en la madera o el hilo sisal. Los gatos tienen el sentido del olfato muy desarrollado, por lo que tu minino mirará a otro lado y lo evitará.

Si vas a usar esencias, hazlo con moderación. Echa unas pocas gotitas en un paño o un pequeño cojín y colócalo junto al poste rascador.

La mejor opción, sin embargo, consiste en que el poste tenga el olor del gato. Para ello, acaricia la cabeza y el cuerpo de tu gatito con un paño y luego frótalo sobre el rascador. ¡Percibirá el olor de inmediato!

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